Su origen se remonta a la Europa Medieval, esta bebida se puede considerar un híbrido entre la cerveza y la hidromiel. Es de cuerpo medio, espuma blanquecina, y de burbuja abierta. Sabor y aroma perfectamente balanceado entre la malta y el dulzor de la miel con aroma cítrico y floral que proviene de nuestro lúpulo inglés.